El presente blog que viene abajo no tiene nada que no haya en otros blogs literarios, simplemente retomo eso que le dio de comer a tantos otros escritores fracasados, hablar de las mujeres que no consiguen o de las otras, las que se fueron. Como capitán, que huye, en franca retirada de las relaciones, me permito contar secretos de diván, escabrosos relatos de cama y de hoteles para que sucumban de pavor esas otras desconocidas que supieron ser garabato de mi muñeca, bueno, no son todas las que yo hubiera querido así que voy evitar nombrarlas para que no quede en evidencia mi falla. Pero no sólo de mujeres vivimos, así que también hay otros temas y otros formatos, tenemos cortometrajes, tenemos novelas, tenemos cuentos, bueno, cuentos no, chinos tampoco, pero hay intersecciones y cartas, fotografías re contra artísticas y otras en la que sólo aparece mi cara. Bueno, el resto del blog es mejor que el prólogo, no lo prometo pero créame.

25 de febrero de 2008

Para cuando muera quien me dejará mañana


Si, te pedí

una llamada,

un escrito,

un mensaje,

en tu presente

que es mi ayer.

Te despertaste

y en tu sueño

pasaron muchos años,

aquí hube,

que vivirlos,

sin tus sueños

en los que no estaba yo.

Y si, te repito,

te pedí que me encontraras

cuando yo era una silueta

en la luna,

cuando quise ser

un trepador de balcones,

cuando amar importaba.

Contame,

Qué fue de vos?

Tan grandes somos

como para poder tardar

todo este tiempo?

Un suspiro

y ya somos adultos,

un suspiro y nos alejamos en

el tiempo,

mientras vos soñaste,

envejeciste

y regaste de cenizas,

con el cuerpo

triste de recuerdos,

sin llamar,

sin escribir,

apareciste yéndote para siempre,

años después

no estás,

pero aquel último

suspiro,

fue sólo para

mi.

19 de febrero de 2008

Pensar sin pensar


El atardecer,

caprichoso,

aquel día

que Ella vagó

por ahí,

en aquella ruta,

desierta,

que quiso llevarla

hacía ningún lado,

sólo el caminar,

la acercaba,

alejándola hacia él,

que moría

miles de kilómetros atrás,

yaciendo despierto,

erguido y sentado

ante una hoja blanquísima,

que la describía a Ella

caminando sin sentido

por una ruta desierta,

alejándose de él

que escribe

sobre ese caprichoso atardecer

que intenta desaparecer,

inútilmente,

detrás de esa loma,

inútil

porque al esforzar su relato,

el escribidor,

puede subir esa pequeña elevación

y seguir observando el atardecer,

que desea morir del otro lado,

él puede hacerlo infinito,

recorriéndolo,

a gran velocidad,

doblar hacia uno de los lados

si el capricho se oculta detrás de una nube,

sedosa,

igual a Ella,

Ella…

no te permitas pensar,

pensó el escribidor,

y siguió corriendo

por esos renglones

al atardecer imaginario

que ya se mete detrás del horizonte,

no hay salida, todo se pierde!

pero él,

que domina la magia,

rápidamente puede avanzar

hacia ese horizonte descampado

y volver a ver

lo naranja ácido de su atardecer caprichoso,

en un esfuerzo sublime

para que,

a pesar de la magia,

sea verídico ese suceso atardecer,

en el que el escribidor mantiene vivo

ese ya sepia oscurecer imaginario,

luchador,

que lo mantiene alejado de pensar en Ella,

que vagaba

por ahí,

en aquella ruta,

desierta,

alejándolo de él,

castigándolo,

eternamente con aquel maldito atardecer.

5 de febrero de 2008

Se fue, con ella

Quizás ya se fue,

pero,

puede que regrese a buscarlo,

a él

que solo atina a escribir

lo que nunca ocurre

mas allá de sus pensamientos.

El la crea y la moldea,

sus medidas son exactas

y hacen que ella lo quiera,

a pesar de él,

de su pasado,

su presente.

El escribidor juega a pensar que es feliz,

sin ella pero con él,

habita los mas oscuros rincones del pensamiento,

utilizando la imaginación

cual una prolongación onírica.

El escribidor se vuelve rutinario en sus placeres,

ella, que ya conoce todo, quiere más,

él es incapaz de más.

Ella se aburre por los desfiladeros de su mente,

observa otros horizontes que la perturben,

otros rumbos a donde partir.

El escribidor desespera

su falta de material imaginativo es letal,

ella vuela,

el escribidor la imagina,

ella se va

a buscar nuevas perversiones.

El escribidor se acongoja,

no puede imaginar lo que

una vez

fue real.

Quizás ya se fue,

pero,

puede que regrese a buscarlo,

a él

que solo atina a escribir

lo que nunca ocurre,

el escribidor

más allá de sus pensamientos.

sabe que todo es real

y comienza a imaginar otra vez.

Donde andás?