Escapó,
su alma,
dejando atrás
los deseos reprimidos
de explorar otras voces
y sellar otras bocas,
otros labios limítrofes
que se adhieren
y retornan
a ser esos distintos.
Esa extrañeza nueva
transformada en redundancia,
rutina,
que aflora en el alba
agonizando por la mañana.
Los labios callan
buscando, otros,
silentes,
darán la bienvenida
al atroz bienestar de lo desconocido.
Dónde habitarán ahora los tuyos?
los de aquí
siguen así,
conociendo, conociendo
de tanto olvidarse
lo que ayer era pretérito.
Qué han de extrañar?
si el recuerdo es el presente
y el presente es lo mismo
cada vez que lo olvidan
cada vez que comienzan,
los susodichos labios,
a recorrer otros surcos por conocer,
letras para exhalar,
para excitar,
otras, otras serán
y en todas habrá una sola,
o ¿serán todas?
Para el tiempo,
en este tiempo,
da igual.