El presente blog que viene abajo no tiene nada que no haya en otros blogs literarios, simplemente retomo eso que le dio de comer a tantos otros escritores fracasados, hablar de las mujeres que no consiguen o de las otras, las que se fueron. Como capitán, que huye, en franca retirada de las relaciones, me permito contar secretos de diván, escabrosos relatos de cama y de hoteles para que sucumban de pavor esas otras desconocidas que supieron ser garabato de mi muñeca, bueno, no son todas las que yo hubiera querido así que voy evitar nombrarlas para que no quede en evidencia mi falla. Pero no sólo de mujeres vivimos, así que también hay otros temas y otros formatos, tenemos cortometrajes, tenemos novelas, tenemos cuentos, bueno, cuentos no, chinos tampoco, pero hay intersecciones y cartas, fotografías re contra artísticas y otras en la que sólo aparece mi cara. Bueno, el resto del blog es mejor que el prólogo, no lo prometo pero créame.

25 de noviembre de 2008

Pareciera, por suerte


Pareciera faltarte algo,
en tu nombre,
por suerte.

Me cuenta, entre sueños,
lo que siente
cada vez que está a tu lado,
las palabras le faltan,
los chistes no explotan
y se le arremangan los músculos
dejando a simple vista la carne,
y de entre ella su corazón.

Pareciera faltarte algo,
esa letra que confunde,
por suerte.

Me dice, cuando despierta,
que caminó con vos
en medio de la noche,
sintiéndote brillar
con la gracia permitida
para encandecer
y cegar,
para pensar
que sentís
igual que él,
con los mismos miedos.

El escribidor no escribe,
no sabe hacerlo
cuando le suceden estas cosas,
le recuerdan muchas otras,
quizás por eso,
sus dedos se tensan
y dan lugar a su boca.

Pareciera faltarte algo,
él no sabe que es,
por suerte.

16 de noviembre de 2008

En Vos


En vos, tu nombre,
tus ojos,
tu palidez
quemada,
en vos, tu rimel,
tus labios,
tu bostezo
riendo de madrugada,
vestida,
radiante como sos,
en vos
está la razón,
la rima perdida
de ese ritmo
que desvía mi atención,
en vos
está el paso tropezado
del tiempo
que avanza lentamente
con la sangre coagulada,
en vos
la sombra sin sol,
las montañas sin mar
y los finales de juegos
que con satisfacción comenzaría.

En vos
ambiciono encontrar
lo que ya no busco.

Dirigir la vida,
toda simpleza cuando no es celuloide,
con sorpresas
y personajes que no caben en escena,
aparecen, como vos,
para hacer de esto
un punto de giro,
una tensión que cede sin razón,
que no se resuelve,
resultando un final abierto.

Que la vida se edite como quiera,
lo nuestro,
aunque parezca real,
es otra ficción
que ruega,
pide
y cruza los dedos
para que alguien
se olvide de escribir
un
FIN

Donde andás?