El presente blog que viene abajo no tiene nada que no haya en otros blogs literarios, simplemente retomo eso que le dio de comer a tantos otros escritores fracasados, hablar de las mujeres que no consiguen o de las otras, las que se fueron. Como capitán, que huye, en franca retirada de las relaciones, me permito contar secretos de diván, escabrosos relatos de cama y de hoteles para que sucumban de pavor esas otras desconocidas que supieron ser garabato de mi muñeca, bueno, no son todas las que yo hubiera querido así que voy evitar nombrarlas para que no quede en evidencia mi falla. Pero no sólo de mujeres vivimos, así que también hay otros temas y otros formatos, tenemos cortometrajes, tenemos novelas, tenemos cuentos, bueno, cuentos no, chinos tampoco, pero hay intersecciones y cartas, fotografías re contra artísticas y otras en la que sólo aparece mi cara. Bueno, el resto del blog es mejor que el prólogo, no lo prometo pero créame.

10 de marzo de 2014

ni mierda de poesía

Amarla,
difícil,
presenciarla pone a prueba los nervios,
las palabras en su boca generan odio,
desespera quedar a las cinco,
y verla aparecer al anochecer.

Su inocencia invade en un abrazo,
cabeza en el pecho.

Pasión,
sus lágrimas liberales
con miedo a un dedo acusador,
su sexo
define nuevas fragancias.

Llegar a Ella
con sólo dejarla partir,
olvidarla en su ausencia,
extrañarla a la vuelta,
desafiar a todos sus deseos,
maldecir los ojos de Cristo,
celar al mar, al sol
y a toda Ipanema.

Amarla,
novedad y tedio,
canciones repetidas,
casitas de colores
por dónde baila.

Su amor con alas
busca
soñadores que la inviten a soñar,
lunas de madrugada,
la casa en cualquier lado,
la ruta sin rutina.

Amarla,
es odiarla,
gritar sin sentido,
planear vida de artistas,
poeta maldito,
le da vida
para buscarla en todas las pieles,
en cada aleteo de pestañas
en la nariz del continente.

Amarla es no tenerla,
amarla es añorarla,
amarla es retratarla,
describirla confusamente.

Si pasa por tu vida un día,
y no es poesía,
entonces,
 no sabés nada de amor,
no sabés ni mierda

de poesía.

Donde andás?