El presente blog que viene abajo no tiene nada que no haya en otros blogs literarios, simplemente retomo eso que le dio de comer a tantos otros escritores fracasados, hablar de las mujeres que no consiguen o de las otras, las que se fueron. Como capitán, que huye, en franca retirada de las relaciones, me permito contar secretos de diván, escabrosos relatos de cama y de hoteles para que sucumban de pavor esas otras desconocidas que supieron ser garabato de mi muñeca, bueno, no son todas las que yo hubiera querido así que voy evitar nombrarlas para que no quede en evidencia mi falla. Pero no sólo de mujeres vivimos, así que también hay otros temas y otros formatos, tenemos cortometrajes, tenemos novelas, tenemos cuentos, bueno, cuentos no, chinos tampoco, pero hay intersecciones y cartas, fotografías re contra artísticas y otras en la que sólo aparece mi cara. Bueno, el resto del blog es mejor que el prólogo, no lo prometo pero créame.

16 de junio de 2009

Parpadeo




Una figura parpadea en el fondo,

traidora en su llamado,

una sombra

luchando frente al olvido,

persiguiendo al presente

en la cabeza del escribidor,

que esgrime una sutil sonrisa

mientras la luz cuartea su rostro

y la oscuridad entrevé

lo que sus pensamientos logran por fin,

perenne sueño

y fatuo abandono del ayer.

Si bien todo es cuesta abajo

a partir de ese camino

no lo será gracias a su pesar,

no,

la imagen que él alumbra

es otoñal a simple vista,

y nocturna también,

él sabe que lo demás advertirán eso,

para sus adentros,

si,

las pinceladas retroceden

re evocando

lo que esta por venir,

lo desconocido

tal vez,

intrigante deslumbramiento

incandescente,

superficial

también,

pero tan exótico

es el llamado

como para empezar ese viaje,

desconocido,

al igual

que las palmas de sus manos.

2 de junio de 2009

nunca jamás



Ella, podría ser ella...

cual es la posibilidad,
que un hombre pueda enamorarse de una distinta
de una que ya no es,
de una mujer que ya fue,
de Ella,
que ocupa su mismo cuerpo,
aquel del cual él pudo brotar
como una rompiente silenciosa.
La piel, tersa como nunca,
fresca cual la brisa
de una tarde, de un otoño bahiense,
los ojos almendrados,
madera roída en un cerro cercano,
petrificado al calor del invierno,
con solo mirar.
El mismo cabello,
rojizo,
que se embadurnaba en su boca,
cada vez que la quería besar,
el mismo que corría con dos dedos,
todo sigue estando allí.

Él la encuentra tan igual,
como si no hubiera pasado un día,
un sólo segundo,
pero sabe que bajo la mascara
esconde un nuevo rostro,
un vacío que antes no se colmaba.

Su lúgubre sonrisa lo pone a prueba,
él ya sabe,
ella volvió sin ser Ella,
sin la ingenuidad reinando.

El amor escapó,
sólo queda aquella luz
que ya no inventa sombra.

Sabe tristemente que Ella ya no existe,
que su amor es el recuerdo,
un recuerdo,
un adorar a la mujer que era
y ya no es,
nunca jamás.

Donde andás?