El presente blog que viene abajo no tiene nada que no haya en otros blogs literarios, simplemente retomo eso que le dio de comer a tantos otros escritores fracasados, hablar de las mujeres que no consiguen o de las otras, las que se fueron. Como capitán, que huye, en franca retirada de las relaciones, me permito contar secretos de diván, escabrosos relatos de cama y de hoteles para que sucumban de pavor esas otras desconocidas que supieron ser garabato de mi muñeca, bueno, no son todas las que yo hubiera querido así que voy evitar nombrarlas para que no quede en evidencia mi falla. Pero no sólo de mujeres vivimos, así que también hay otros temas y otros formatos, tenemos cortometrajes, tenemos novelas, tenemos cuentos, bueno, cuentos no, chinos tampoco, pero hay intersecciones y cartas, fotografías re contra artísticas y otras en la que sólo aparece mi cara. Bueno, el resto del blog es mejor que el prólogo, no lo prometo pero créame.

23 de mayo de 2009

Prometeo


Tuvo un sueño,

esta vez no era el mar,

ni una mujer

ni ninguna pulsión de todos los días.

Soñó la libertad,

el hombre vigorizado

que se levanta por las mañanas

y contempla el día,

que le sobra el tiempo,

para estar con sus amigos o leer en paz.

No recuerda si todavía había guerras,

pero el tiempo era presente,

sin sepias ni contrastes,

las imágenes eran lavadas,

no existía nada,

las multinacionales estaban muertas,

coca cola ni siquiera era un recuerdo

y el vino se pisaba en casa.

El cine era viejo y las butacas incómodas,

el acomodador una luz en la perenne oscuridad,

los pochoclos? se llamaban así.

Las mujeres eran difíciles pero llenas de gracia, como siempre.

No había grandes tecnologías,

todos se encontraban igual.

En su sueño, preguntó

y nadie sabía que era un año,

todos los días son iguales

y cristo, según parece, nunca apareció,

la iglesia no se construyó

y Zeus domina en el paraíso como en la tierra,

bendita edad de hierro,

en la que despertó

después de siete segundos.

Salió a la calle inexistente

saludó a un viejo en un carruaje

y caminó hasta unirse en un banquete

forjaban la belleza,

él les va a contar

como robó el fuego

y lo trajo a los hombres.

Donde andás?