Ella otra vez, pero otra Ella... ves?

Ya posteado en otra parte, dedicado a july... que esta vez se disfrazó de Ella, una amiga...

Todas... Ella

Ella podrá llorar cuando quiera,
sentirse mal muchas veces,
estar sola tantas otras,
decir que no quiere querer mil veces,
todo lo puede hacer, sin olvidar.

Muchas veces caminará dormida,
sin sueño que soñar,
despertando tantas veces hasta sentirse muerta
por el agobio de hacer nada
cuando dice todo en tan poco,
una expresión que no decepciona
tan solo eso,
gigante,
aunque parezca insignificante.
Todo puede pasar y sucederle
en esa gran bola de cristal
que todo lo ve, que todo profesa.

Todo cabe en su pequeña imaginación.

Ella puede ser de todas formas,
interesante siempre,
al despertar con su rostro adormecido,
que no mostrará de coqueta que es,
Ella puede sentirse como una pintura cubista,
o algo expresionista con su rostro cuarteado por la luz,
Ella es todo o nada,
pero sin extremos,
es la fotografía que sonríe
para tratar de mostrarnos su tono medio.

Ella es como es,
como todos queremos
mientras miramos esa fotografía,
fotógrafa,
que tanto nos gusta.

Totó

TOTO

Toto nació en un sueño que tuvo mamá,
era el mas inteligente, el más gracioso,
según sus padres, de todos los bebes.
Mamá lo concibió en un ratito
en el que soñó papá.
Ambos estaban felices con su niño imaginado,
le agregaban o le quitaban años con cada charla,
lo vestían y lo desvestían según la ocasión,
el reía o lloraba
según decían sus papás.
Hablaba las eses en forma de dulces zetas
que papá imitaba haciéndole burla
para que mamá riera.
Mamá y papá parecían felices de tanto hablar de él,
se sentían felices de formar una familia sin sentir esfuerzos,
sin sentir responsabilidad.
Hasta que un día mamá soñó algo inesperado,
soñó que papá no lo quería,
soñó que papá lo abandonaba.
Papá se defendió enojándose con mamá,
¡que derecho había para soñar eso!
Poco a poco
dejaron de hablar,
poco a poco
se fueron olvidando de ellos mismos,
poco a poco
Toto dejó de reír y llorar sus dulces alegrías,
de hablar con sus graciosas zetas.
Mamá y papá se separaron,
durante no mucho tiempo más lo dejaron respirar.
Luego desapareció
como si nunca hubiera nacido.
Nadie se sorprendió,
nadie lo lloró.
Pobre Toto,
nunca nació.

Ella, una nueva a cada instante...

...Ella, siempre se habla de Ella, la primer preocupación al despertar y la ultima solución al dormir... por Ella, porque siga siendo Ella

Ella, que es, Ella, la unica, Ella

Ella vivió para morir
el día que quiso nacer,
sin hablar mientras pronunciaba palabras.
Balbuceando algo cuando no decía nada,
él entendió muy poco
y se desprendió de su ser
para volar por los recuerdos,
amargos recuerdos que se hicieron presentes,
en ese presente deja vu
que Ella no recuerda haber vivido jamás.

Todo lo vivido se hizo insolencia,
todo se vivió hace mucho,
fuera de ese presente.

Ella dice si,
no sé,
tal vez y jamás,
él busca en los recuerdos de mañana
para así saber quién es Ella hoy.

El se desvive,
quiere ser,
quiere vivir en Ella,
ser uno sólo,
matarse él,
vivir Ella.
.
Ellos.

Que apenas juegan,
sin animarse,
dando todo,
no hay nada,
Ella lee sin comprender,
él no sabe que explicar.
Como decirle a él,
que Ella es Ella,
la de ahora
sin él en su ayer.
Nadie los corrige,
ni siquiera el instinto
que los lleva a encontrarse,
una y otra vez
entre sus tiempos
y sus recuerdos que siempre los olvidan.