El presente blog que viene abajo no tiene nada que no haya en otros blogs literarios, simplemente retomo eso que le dio de comer a tantos otros escritores fracasados, hablar de las mujeres que no consiguen o de las otras, las que se fueron. Como capitán, que huye, en franca retirada de las relaciones, me permito contar secretos de diván, escabrosos relatos de cama y de hoteles para que sucumban de pavor esas otras desconocidas que supieron ser garabato de mi muñeca, bueno, no son todas las que yo hubiera querido así que voy evitar nombrarlas para que no quede en evidencia mi falla. Pero no sólo de mujeres vivimos, así que también hay otros temas y otros formatos, tenemos cortometrajes, tenemos novelas, tenemos cuentos, bueno, cuentos no, chinos tampoco, pero hay intersecciones y cartas, fotografías re contra artísticas y otras en la que sólo aparece mi cara. Bueno, el resto del blog es mejor que el prólogo, no lo prometo pero créame.

28 de marzo de 2006

Alicia Diaz

Nunca jamás hubiera pensado que iba a escribir por la partida física de alguien, mucho menos de ella. En el día de hoy nos dejo mi tía Alicia (la negra para todos), luego de luchar inútilmente, y sin saberlo ella, contra un maldito cáncer. De más está explicar el dolor que sentimos, ese que solo es apaciguado por el saber que siempre va a estar con nosotros, siendo aire, tierra y agua. Tía querida, aunque sobren las palabras, aquí sobrarán las mías, siempre vas a ser inmortal en nuestros recuerdos.



Que sufrir el despertar y sentir que no estás,
que te fuiste
para ser parte de todos.
Ser el agua que nos empape,
cada vez que llore Epecuén,
y ser la tierra que pisamos,
cuando visitemos Carhué.

Todavía te recuerdo en mi niñez,
con mis ojos de sobrino
entre todos mis primos
que jugaban.
Todavía te veo con mis ojos adolescentes,
viéndote divertida
en mis horas,
que también resultaban ser las tuyas,
esas en las que despilfarrabas tanta alegría,
bailando, al compás de cualquier melodía,
siempre con tu alegría brasileña.

Quisiera poder despedirte,
poder decirte todo esto que nunca te dije,
poder ser mas familiero dentro de mi egoísmo solitario.

Aunque lo intento,
éstas palabras nunca reemplazarán los momentos perdidos,
éstas palabras son manojos tristes
que desean empujar, para que lleguen a tiempo,
todo lo que sentimos quienes te queremos,
todo lo que nunca te dijimos.
Éstas palabras empujan,
para que guardes nuestro silencioso amor.

Tía Alicia, tía negra,
un minuto de silencio, y lágrimas de despedidas,
sería injusto con vos,
un eterno carnaval te haría mas honor
para llenar tanto silencio, ahora que se apaga el ruido.
Tía querida, nunca te podremos olvidar,
te recordaremos en nuestras tristezas y en nuestras alegrías,
esas que siempre vas a compartir con todos nosotros,
en nuestras almas, en nuestros corazones.

25 de marzo de 2006

Intersección paranoica

Bueno, tardé pero encontre el bendito cd, pensé que lo habia dejado en Bahía. Acá estoy, de nuevo entre las diagonales, de nuevo a tratar de reinventarme. A continuación les dejo la primer intersección de "Incoherencia" (si, ya sé, algún día subiré todo el libro) un poco paranoico nuestro personaje. Que se les pegue

Intersección primera

Situémonos en un punto cualquiera, puede ser en tu mundo físico, puede ser en tu continente, en tu país, digamos que es tu ciudad, tu barrio, tu calle, tu casa. Entonces podemos decir que sos vulnerable, que cualquier ser vivo te puede alcanzar, estas a disposición de cualquiera, no importa tu condición social. Puede suceder en cualquier momento, en cualquier lugar, en el auto, en el trabajo, en el parque y hasta en tu iglesia. Asentís con la cabeza, y ves que el mundo ya no es igual, cualquier fulano de acá a la vuelta o del otro lado del mundo te puede joder la existencia, y sacarle un poco mas de sentido a tu vida.
Ahora estarás pensando que tu mundo, el que solo vos ves, es lo único que te queda. Claro quien seria capaz de meterse en tu cabecita, pero no es así, cientos de personas lo sufren todos los días. No me creés, mirá, una persona socialmente castigada que es discriminada en todo sentido, que sé yo, no dándole trabajo, obligarlo a mendigar para que encima después le digan: “Vago, anda a laburar y deja de mendigar, estos tipos si que la pasan bien se tiran unas horas en la calle todo sucio, con un mocoso igual o peor que él en mugre, se levantan y ya tienen para comer y yo soy un imbécil que me rompo trabajando y no llego a saldar las cuentas, mañana vengo y me tiro en la vereda, ya vas a ver.” Y esta es una pero hay miles de forma de hacerlo, socialmente, racialmente. A quien no le causa repulsión ver uno de estos tipos de villa miseria, si lo ves y pensas que ese fue el que te robo el stereo que tanto te costó. A no, vos decís que el racismo no existe y que nunca te incomodó ver a alguien que se pasó de oscurito, si hasta le hicieron una canción a los negros de mierda.
¿Vamos che, si esto no es asaltar la cabeza de la gente que es?. ¿Cómo?. Haaaa, que estos son todos pobres. Para los que tienen plata siempre va a estar algún psicólogo amigo, o le sale algún hijo falopero y maricón. Ahí esta todavía no dije nada de estos, ¿no son discriminados también? Ves uno y enseguida decís que es un degenerado, un asqueroso que seguro se debe prostituir y encima andan por los mismos lugares que vos, justo el día que te olvidaste los guantes, a ver si te contagian algo todavía, justo hoy.
O sea, creo que sobran motivos como para decir que el mundo no es, ni va a ser seguro, el primer tipo que te pida cigarrillo o te pida la hora, te puede matar. Así que si te piden un cigarrillo dale el atado y el encendedor y si te pide la hora regalále el reloj.
Estas perdido siempre y cuando el desquiciado no sea uno de nosotros, en ese caso somos los que mandamos.
Disculpáme, ¿tenés fuego?...

21 de marzo de 2006

Carta Obsesiva

Buen ejemplo de obsesión, esquizofrenia y quien sabe que cosas mas, fuera de contexto, ya que es otra de "incoherencia", igual hay una clara noción de lo que es, éste personaje, Ismael, es así, hasta casí divertido, visto desde afuera.

Carta número 8

25 de Junio

Hoy no te escribo porque no merecés tal traición, no puedo ensuciar tu recuerdo con tan poca pasión estrechada en mis manos perdidas que no dicen nada. Te ansío y nada más, no tengo nada más que decir, parece poco pero es mucho, solo que no te vas a enterar porque nada sale de mi. Quizás recibas este papel (quizás porque no me decido a enviártelo), y tal vez te desilusiones al leerlo pero te juro que no puedo y me mata esta situación, y sufro, sufro mucho el no poder escribirte lo que siento, lo que te extraño. Ya sé que hace horas que nos separamos y que mañana o después nos vamos a ver, pero te extraño. Estoy desesperado y ansioso, es tarde (dos de la mañana) y no puedo dormir, intente llamarte unas cien veces pero no me animo, no soy capaz de llamarte a estas horas y desvelarte por una preocupación que en realidad es una exageración, una pavada de mi parte por no poder controlar mis impulsos y por no poder decirte lo que te extraño, lo que te quiero. Tal vez mañana (hoy) vaya a trabajar, esto promete ser bastante largo y ya está amaneciendo, ¡otra vez invierno! Pensarás que estoy loco o que soy un obsesivo por que darme despierto toda la noche, pero la realidad me dice que no puedo dormir, me acuesto y trato de despejarme para poder dormir, pero mi cabeza empieza a trabajar y a pensar en vos una y otra vez durante horas, hasta que me levanto y camino, tomo algo de la heladera, lo tiro, juego con el gato del vecino y vuelvo a acostarme pensando que ya no te pienso. No es así, ahí estas otra vez llamándome otras horas más, vuelvo a levantarme y prendo el televisor para ver todo y nada a la vez hasta que por fin encuentro algo que no me gusta, obviamente no puedo mirarlo así que conecto la videocasetera y miro “Casablanca”. Te olvido por un instante pero me pongo triste, saco el caset y ya no intento dormir. Me desayuno algo, siempre pensando en vos, y cuento las horas para verte otra vez. Falta mucho y me desespero.
Hace un rato leí el diario, una mierda de muertos y perdió River, lo quemé. Salí un rato a caminar y terminé otra vez acá, esperando verte. Ya vez, no puedo decirte nada de nada, ¿cómo escribir que estoy loco por vos, cómo demostrar mi locura, que ya empieza a dominarme, por vos? No sé como harán esos que escriben y conquistan a sus mujeres con cada palabra, con cada verso, con cada párrafo, con cada capítulo, con cada historia.
Me acuesto, otra vez, y seguís caminando mis pensamientos, pateando todos mis números, mi tarjeta de crédito, mi trabajo, mis lecturas, mis filosofías. Me consuelo pensando que estás y que andás por ahí, en mi misma ciudad y, lo más consolador, y en mi mismo tiempo, como si mi alma hubiera recorrido el infinito para encontrarte. Pienso y siempre es en vos, se me pasa el tiempo pensando en vos, me extingo, me muero pensando en vos, por decirlo de una forma trágica que no me gusta pero el diario me puso así, como si fuera poco pensar tanto en vos también pienso en lo feo como para contrarrestar toda la pasión que siento hacia vos y que no puedo plasmar en esta hoja. No te puedo explicar lo rico que se siente estar a tu lado, acariciarme con tu piel, besarte las manos o mirarte fijo a los ojos (alguien me dijo que es peligroso, que puedo quedar bizco, pero yo navego en tus ojos y no tengo destino subido en ellos), como te decía (si es que algún día te doy este pedazo de papel, si no lo tiro a la basura) me pierdo con vos y lo triste es que se me hace eterna esta noche (mañana) pero cuando estoy con vos es un instante que no logro aprovechar; cada hora es un segundo que se me escapa, cada hora es un segundo que se me va. Como hace el tiempo maldito para acelerarse así en ese momento, que estoy con vos, y detenerse tan fatal en ese instante que no pasa nunca, siempre se estanca en lo peor.
Ya no sé si estoy despierto o estoy durmiendo, hace un rato me llamaron del trabajo y me amenazaron con echarme, trate de explicarles lo que me pasa pero no me entendieron, eso es lo que creo, porque se rieron y me perdonaron porque, según dicen ellos, soy un loco lindo. ¡A la mierda el loco lindo! estoy sufriendo porque me atrapas en mi propia cabeza y no dejas que pueda escribirte nada lindo, nada tierno que refleje lo que te quiero y lo que te extraño. Me asfixio de tanto pensar, para colmo mientras pensaba me di cuenta, hace un rato, que perdí la oportunidad de llamarte cuando vos posiblemente estuvieras levantada, por pensar en vos me pasó. Ahora ya es tarde, estarás trabajando y no encuentro el teléfono de tu trabajo por ningún lado, quizás te regale un celular pero pensándolo mejor no es muy conveniente, suena muy hostigador de mi parte poder encontrarte cada segundo que quiera. Lo mejor que puedo hacer ahora es tratar de dormir.
Lo intenté otra vez pero acá estoy caminando estos renglones otra vez, me tiré en la cama y soñé despierto que soñaba con tus labios, tus besos y tus mordisquitos. Tenés unos labios preciosos, lástima que a veces te los pintas y, aunque me gusta el rojo carmín, a mí me gustan más cuando los tenés natural.
Ya pasó el mediodía, llevo más de doce horas intentando dejar de pensar en vos pero es inútil porque tampoco puedo escribir nada, a parte de estas estupideces, como voy a hacer para mirarte a los ojos, esos que me sacan fuera del mundo, y explicarte que no pude escribirte nada lindo, nada tierno y nada digno de vos, la persona que más quiero en el mundo.
Ya son más de las dos de la tarde, creo que voy a ir hasta tu casa a dejar esta hoja maldita, espero que me perdones y que no te sientas ofendida pero en verdad no me salió nada para vos, tan solo esto que tenés en tus manos.
Como siempre te dejo un beso, acordáte que nos vemos para cenar después que termines de trabajar.

ISMAEL

20 de marzo de 2006

Sueños



Intersección Décimoctava

Conserváte como la mujer de mis sueños,
la que tanto anhelo al despertar
cuando ya no estás,
la que tanto te pide un deseo
olvidado de esperar
un cumplido perdido.

Pasan las horas y yo siempre te espero
recordando rostros, tan parecidos al tuyo,
que se acercan y huyen
como esos insectos de la noche
a los que no les gusta mi sangre
y se conforman con dejarme el sonido insomne
que no deja soñar.

Te quiero rubia y también morocha,
con el corazón herido
o con él conquistado
por otro como yo,
abrazada o, tal vez, abandonada,
llorando o, simplemente, feliz.

Te quiero de cualquier forma,
de la que puedas quedarte
y jugar a ser siempre eterna
en mis sueños sin dormir.

Te quiero donde no pueda tocarte
pero si librarte de la realidad
que no obedecés por ser la irrealidad
aunque estés existiendo solo dentro de mi.



Te quiero con tu risa untada en mi cara
dando besos en carcajadas
cada vez que te vas,
prometiendo empalagar
siempre un poco más.

La próxima vez a la hora de andar
espero que vuelvas,
sola o en compañía,
para arrebatarme las horas que paso despierto
luchando contra el viento que despeina la mirada
que siempre te busca.

Te quiero y, si no te dicen nada,
voy a seguir esperando
un rato para soñar
y contarte todas estas cosas
que surgen cuando no estas,
cuando estoy yo
pensando en no despertar,
esperando en un instante que no avance
dándote tiempo para llegar
a esa cita que nadie confirmo
pero que tanto se pide
entre sueño y sueño,
entre despertar y despertar.

Limpiar las impurezas del alma

Para eso sirven las catarsis, para sentirse mejor, para plasmar lo que se siente en una hoja blanca, así me sentí, así lo hice, no recuerdo ya cuanto hace pero si recuerdo a la culpable, pequeña colombianita de paso que tanto se parecía a nadie.

Catarsis

No sé porque escribo, no se para quien,
solo sé que busco el exotismo,
el placer que me puede dar un lugar remoto y lejano.
Al que quizás se llega por un sendero
de curvas y contra curvas
(las de ellas).
Es triste escribir y no tener idea a quien,
es triste escribir y ni siquiera contarle una historia.
Tan solo para decirle que no entiendo nada,
¿por qué existe si nunca la vi?
¿por qué se llena de emociones que no veo ni siento?
¿por qué me alegro cuando estoy con ella?
que no tiene rostro en movimiento.
Solo uno, y rígido,
que veo desde una única perspectiva.
Esa que me hace recordar a un ser pasado en mi presente,
tan igual que me da frío y miedo,
y dudo seguir haciendo lo que hago.
No es un reproche estar tan lejos,
solo que es tan igual a las pesadillas cotidianas
que me atormentan día a día,
y estoy despierto siempre por no soñar.
Es igual, solo tengo los ojos abiertos
y el cuerpo cansado de andar.
Tengo al amor propio que me aconseja,
me advierte de cosas sin sentido, molesta a mi otro yo
y yo tengo que rescatarme o esperar que me rescaten.
A mi amor propio no le dejen ni los dientes,
nadie necesita sus consejos.
Ya vez, me fui por las ramas del tronco rígido al invierno,
desde mi altura me pierdo lo que pasa por debajo.
Seguramente no vas a entender nada
pero necesito esta catarsis, y sos a quien puedo escribir
sin importar que no leas hasta acá.
No me preguntes si estoy bien o mal,
porque esto ya es del pasado.
Soy otro distinto de renglón a renglón.
¿por qué estás del otro lado?
si cuando estas acá sos otra cosa,
impronunciable.
No te hagas problemas,
solo yo soy el dueño de todas estas incoherencias.
vos quedáte tranquila,
incoherente o no, sigo siendo un loco inofensivo
que alega borrachera
aun en las resacas inventadas.
¿para que?
Para no hacerme cargo de las cosas que hago,
y dejar que el otro yo
(el del instante que sigue)
se haga cargo
(si es que quiere).
Tan iguales,
tan parecidas,
tan lejanas,
tan cercanas,
tan expresivas como incomprensibles,
tan negras,
tan rubias,
tan coloradas.
están mis yo y ustedes siguen atrapándolos
(atrapándonos)
siempre que pueden
siempre que regalan aventuras
y otras cosas que no se agradecen.
De cualquier forma siempre están,
para bien o para mal.
Mujeres.

Carta a Anémona

Acá subo una carta que escribí hace unos años porque si pero después la incluí en "Incoherencia", en la misma hay un dejo de nostalgia (para vos Fiore) y deseo de lo prohíbido, por ahí en estos días subo algo que no esté en prosa y que también tenga que ver con dichos sentimientos, sino es así, paciencia, ya me lloveran ganas de sentir nostalgia.

Capítulo 25

Carta a Anémona


Buenos Aires 22 de Mayo de 1982

Querida Ángela

¿Cómo estas?. Hace mucho tiempo que no te escribo, desde que íbamos a la escuela, y si lo hago esta vez no es por ninguna ocasión especial. Solo me acorde de vos y automáticamente comencé a escribir, me es difícil ya que me tiemblan las manos (te fijaste que rara me salen las palabras, que movidas, como con frío) de la ansiedad y del miedo. Miedo igual al que convive noche y día conmigo, se niega a abandonarme desde que llegue a esta ciudad en busca de un futuro que me obligaron a encontrar, ¿dónde estará?. Dijeron que era por mi bien, para sacarme las ideas locas de mi cabeza, pero no me hace ningún bien, nadie me acompaña ni me ayuda y si pueden te abandonan. No es como en el pueblo, donde todos te conocen y te ayudan, acá apenas pude conseguir trabajo sirviendo café doce horas por día.
Es muy fea la ciudad, es muy sucia y hace mucho frío aun sin haber llegado al invierno (no me quiero imaginar cuando llegue) voy a tener que comprarme mucho abrigo, lo que traje no sirve de mucho, si es que me alcanza primero la plata para el alquiler, con lo caro que es.
Cómo extraño estar ahí junto a esa gente que me saludaba todos los días, todas las veces que me veían, contame, ¿siguen saludándote?. Y extraño caminar por la plaza llena de árboles semi pelados, ¿están así? ¿el otoño llovió de hojas este año también?. ¡Que lindo es mi pueblo!. Quisiera estar ahí para volver a trabajar en la administración del campo de papá o ayudando a mamá, ¿cómo están? ¿se olvidaron de mi?. Y ¿mis hermanos? ¿quién los lleva a la escuela?. Perdona que te llene así de preguntas es que los extraño tanto a todos, y me es imposible no recordarlos y no llorar hasta casi convulsionarme, si me cuesta seguir escribiendo. Pero sigo, porque se que te debe estar matando la curiosidad, tanto como a mi, porque quiero que me escribas y me cuentes todo
Espero que puedas leerme antes que tu papá encuentre la carta. No quiero que te pegue otra vez como el día en que nos descubrió debajo de los arbustos. Es tan feo y tan lindo cada vez que me acuerdo de ese día, tan feo por tu papá y tan lindo porque te bese por primera vez. Lo pude haber hecho antes, pero no sabia como ibas a reaccionar. De haber sabido que me amabas, tanto como yo a vos, no hubiera malgastado el tiempo en esperar una oportunidad. Pero que iba a hacer, eras mi mejor y mi única amiga, en la que más podía confiar y lo hice tarde, en un beso eterno. Si pudieras sentir mis labios ahora, todavía están tibios por tus besos, mi boca todavía se emociona cuando recuerda el gusto de tu saliva y mis sueños jamás olvidaran tus ojos clavándose en los míos.
Pensar que sos y fuiste la primer mujer en mi corta vida y me duele saber que no sos la última. Te debo tanto y tantas noches con mil estrellas y otras tantas lunas por el campo rubio como tu pelo, que me dan ganas de volver. Pero no puedo, me matarían y a vos también, si se enteran.
Puedo esperar, si vos también podes esperarme, algún día te voy a amar de verdad y construiremos nuestro refugio, pero no en el campo que nos conoció ayer. Vamos a ir a buscar el mar, dicen que es hermoso, tan lleno de cielo y algas, con arena tan fina y suave, imagino, como tu piel. Al mar donde las olas, me contaron, te abanican tanto que por las noches en los sueños siguen hamacándote y despeinándote con la brisa llena de sal. Pienso en todo ese paraíso, que se me hace tan artificial, y no puedo quitarme la ilusión de perder algún día la soledad que me tortura. Por ahora solo me dedico a acostumbrarme y a soportarla, a esta tregua con la felicidad, con todo su dolor.
Ya estoy terminando, ya me esta llegando mi turno y hay que servir café. Tal vez hoy ya no hace tanto frío, pero solo hoy te puedo escribir.
Te mando un beso enorme y muchas caricias, no olvides que te quiero y que te extraño.

Alicia

PD: Dale saludos a mis hermanos y por favor podrías decirles que estoy feliz. No los hagas llorar diciendo que estoy sola y triste.

19 de marzo de 2006

Que noches aquellas

Este parece largo, pero solo es una apariencia de cíclica repetición, no tiene nada que ver con nada, solo salió y acá quedó.



Intersección para mis noches cíclicas


Que se rompen y caen en un repentino
y atroz ataque de locura,
un milimétrico despertar, cíclico hasta el cansancio
donde todos no soy yo
y mis yo son todos y uno solo a esa hora,
en la que la mente se bloquea, se traba
y todo es un juego violento de jueves amanecer
sin recordar porque se lo juzga a uno
si el que hizo todo fue el otro anterior, que ya murió.
La cura es simple pero difícil de encontrar
cuando la noche se aleja a setecientos kilómetros
aplastando a la comparación equívoca.
El engaño maligno es una constante
que varía en cada recta al infinito que acaba,
se acaba lo perenne.
La violencia hace catarsis en mi cuerpo,
y es presa por los dueños de la libertad,
de la noche que eligen, en la cual no deben existir los metafísicos
que se sientan en rincones redondos y templados,
solo existen seres normales que acreditan identidad,
combinación perfecta para que reluzcan todos mis yo
sin identidad ni papeles falsos
que cíclicamente se repiten una y otra vez,
son depravados, malditos, amorosos y llorones,
tan astutos que me permiten engañarme a mi mismo,
a ellos mismos que no están ahora,
que ya regresan
y son incapaces de mentir entre tantas verdades,
para que mentir, por mis huellas solo circula ella
que engaña a todos mis yo
Que se rompen y caen en un repentino
y atroz ataque de locura,
un milimétrico despertar, cíclico hasta el cansancio
donde todos no soy yo
y mis yo son todos y uno solo a esa hora,
en la que la mente se bloquea, se traba
y todo es un juego violento de jueves amanecer
sin recordar porque se lo juzga a uno
si el que hizo todo fue el otro anterior, que ya murió.
La cura es simple pero difícil de encontrar
cuando la noche se aleja a setecientos kilómetros
aplastando a la comparación equívoca.
El engaño maligno es una constante
que varía en cada recta al infinito que acaba,
se acaba lo perenne.
La violencia hace catarsis en mi cuerpo,
y es presa por los dueños de la libertad,
de la noche que eligen, en la cual no deben existir los metafísicos
que se sientan en rincones redondos y templados,
solo existen seres normales que acreditan identidad,
combinación perfecta para que reluzcan todos mis yo
sin identidad ni papeles falsos
que cíclicamente se repiten una y otra vez,
son depravados, malditos, amorosos y llorones,
tan astutos que me permiten engañarme a mi mismo,
a ellos mismos que no están ahora,
que ya regresan
y son incapaces de mentir entre tantas verdades,
para que mentir, por mis huellas solo circula ella
que engaña a todos mis yo
Que se rompen y caen en un repentino
y atroz ataque de locura,
un milimétrico despertar, cíclico hasta el cansancio
donde todos no soy yo
y mis yo son todos y uno solo a esa hora,
en la que la mente se bloquea, se traba
y todo es un juego violento de jueves amanecer
sin recordar porque se lo juzga a uno
si el que hizo todo fue el otro anterior, que ya murió.
La cura es simple pero difícil de encontrar
cuando la noche se aleja a setecientos kilómetros
aplastando a la comparación equívoca.
El engaño maligno es una constante
que varía en cada recta al infinito que acaba,
se acaba lo perenne.
La violencia hace catarsis en mi cuerpo,
y es presa por los dueños de la libertad,
de la noche que eligen, en la cual no deben existir los metafísicos
que se sientan en rincones redondos y templados,
solo existen seres normales que acreditan identidad,
combinación perfecta para que reluzcan todos mis yo
sin identidad ni papeles falsos
que cíclicamente se repiten una y otra vez,
son depravados, malditos, amorosos y llorones,
tan astutos que me permiten engañarme a mi mismo,
a ellos mismos que no están ahora,
que ya regresan
y son incapaces de mentir entre tantas verdades,
para que mentir, por mis huellas solo circula ella
que engaña a todos mis yo
Que se rompen y caen en un repentino
y atroz ataque de locura,
un milimétrico despertar, cíclico hasta el cansancio
donde todos no soy yo
y mis yo son todos y uno solo a esa hora,
en la que la mente se bloquea, se traba
y todo es un juego violento de jueves amanecer
sin recordar porque se lo juzga a uno
si el que hizo todo fue el otro anterior, que ya murió.
La cura es simple pero difícil de encontrar
cuando la noche se aleja a setecientos kilómetros
aplastando a la comparación equívoca.
El engaño maligno es una constante
que varía en cada recta al infinito que acaba,
se acaba lo perenne.
La violencia hace catarsis en mi cuerpo,
y es presa por los dueños de la libertad,
de la noche que eligen, en la cual no deben existir los metafísicos
que se sientan en rincones redondos y templados,
solo existen seres normales que acreditan identidad,
combinación perfecta para que reluzcan todos mis yo
sin identidad ni papeles falsos
que cíclicamente se repiten una y otra vez,
son depravados, malditos, amorosos y llorones,
tan astutos que me permiten engañarme a mi mismo,
a ellos mismos que no están ahora,
que ya regresan
y son incapaces de mentir entre tantas verdades,
para que mentir, por mis huellas solo circula ella
que engaña a todos mis yo
Que se rompen y caen en un repentino
y atroz ataque de locura,
un milimétrico despertar, cíclico hasta el cansancio
donde todos no soy yo
y mis yo son todos y uno solo a esa hora,
en la que la mente se bloquea, se traba
y todo es un juego violento de jueves amanecer
sin recordar porque se lo juzga a uno
si el que hizo todo fue el otro anterior, que ya murió.
La cura es simple pero difícil de encontrar
cuando la noche se aleja a setecientos kilómetros
aplastando a la comparación equívoca.
El engaño maligno es una constante
que varía en cada recta al infinito que acaba,
se acaba lo perenne.
La violencia hace catarsis en mi cuerpo,
y es presa por los dueños de la libertad,
de la noche que eligen, en la cual no deben existir los metafísicos
que se sientan en rincones redondos y templados,
solo existen seres normales que acreditan identidad,
combinación perfecta para que reluzcan todos mis yo
sin identidad ni papeles falsos
que cíclicamente se repiten una y otra vez,
son depravados, malditos, amorosos y llorones,
tan astutos que me permiten engañarme a mi mismo,
a ellos mismos que no están ahora,
que ya regresan
y son incapaces de mentir entre tantas verdades,
para que mentir, por mis huellas solo circula ella
que engaña a todos mis yo

Hablar de Uno no es tan interesante como hablar de Vos

Acá dejo para contrastar un poco con el otro anterior y para sacarme una duda que surgió el otro día al hablar con Clarita, era Ossip nomás! Estaba bien escrito. Bueno, no hay mucho que contar así que sigo subiendo algún otro con más sentido (Muy dudoso eso)


De vos que no sos vos


Conté que hablaba de vos porque así me los pedías,
no porque uno quisiera hablar felizmente de tus cosas.
Me lo pedís vos,
que te sentís feliz de que te nombre
aunque tengas que borrar mil veces el mío.
Vos, que te mentís siempre y te animás nunca.
Vos pedís, yo ni pregunto
cuanto más vas a esperar ese llamado,
cuanto más va a tardar tu sueño,
cuanto más va a durar esa utopía,
cuanto más vas a tardar en decidir por vos.
Sumisa, hasta el cansancio,
obediente siempre a esos tratos
que no se parecen a los que yo doy.
Así y todo, vos pedís.
Vos no tenés idea, por no saber que yo soy yo,
¿cual de todos mis yo encaja con tu única vos?.

Quitarte, sacarte, escaparte.

Tan solo me bastaría con hablar,
con marcar una fecha que te deje caer una nueva sonrisa
que no se anima a pedir,
en lagrimas,
lo que yo puedo pero no quiero decir.
Tal vez suponés el por que
o tal vez
ni siquiera entendés de que se habla acá.
En eso sos igual a la Maga
(No te molestés en pensar, ni en preguntar, quien es.)
pero hoy yo no tengo ganas de ser Oliveira,
che,
mucho menos Ossip,
mucho más mis yo.
(Que siguen bla, bla, bla de vos)

17 de marzo de 2006

Podemos hablar de uno, siempre que uno no sea uno mismo.

Éste es el tercero que subo en el día, es lo último que he escrito hasta el momento y solo lo leyeron un puñado de personas por mail. No tengo mucho que contar al respecto, solo que responde preguntas que nadie preguntó y pregunta cosas que nadie responderá. Así que no se molesten, hay que ser Uno para comprender ciertas cosas.


Hablemos de Uno

Como sortear esos laberintos borgeanos si uno es un cortaciano, perdido contra su propio subconsciente que intenta avanzar sobre el cuerpo de uno, negado ya de retroceder. Para uno las encrucijadas son eternas en el tiempo, aunque solo sean un tramo pequeño de espacio, el tiempo no interfiere en esos asuntos, y uno se pregunta, como explicar que un hueso roto sana lo mismo que un corazón y que todo dura lo mismo que dura un preso encerrado. Que se le puede decir a uno entonces, como explicarle, cuando en el peor momento de uno, quien lo quiere lo deja y quien uno no quiere lo ayuda, como devuelve, uno, ciertos favores, con quien se queda uno para así no morir como un traidor, como hacer que a uno le guste algo cuando nada es placentero, como hacer que uno llene los espacios con signos de preguntas, elegir, elijan por uno, ¿por qué cada cuál toma sus propias decisiones? Uno se abstiene de ciertas respuestas que nadie pregunta, a nadie le importa más que a esta encrucijada que llegó para que uno se instale en ella, llegó para ser una falsa intersección que hace que uno mismo sea su propio psicólogo cuando acaba en el fondo de una copa rebalsada de conceptos sin sentidos. El tiempo tirano le responde a uno, tarde, y las respuestas llegan, como llegan todos los que se van cuando uno los quiere y vuelven queriéndolo querer a uno, vuelven cuando uno ya no tiene espacio para querer a alguien más.
Cuando uno es feliz poco le importan los demás, porque así es uno cuando regresa de estar perdido en sus propios océanos mentales, uno prenderá un cigarrillo y pensará que uno ya estuvo en esa situación, intentará ayudar pero sabrá que uno no tiene todas las respuestas. Uno abrirá la puerta y se irá por un camino recto hasta la próxima encrucijada que no tarda en llegar.

Una intersección presentista

Ésta intersección es otra de mis preferidas, también leída por varios a travéz de mails o simple papel que supo arrugarse entre las manos o en la pared de alguna olvidada habitación. Es mi recuerdo y un auto regalo a los tiempos en el departamento del pitufo, quién iba a decir que nuestro futuro era hoy.



Intersección presentista

No hay muchos sueños,
porque eso implica esperar el futuro
y malgastar el presente.
Nuestra filosofía es vivir hoy toda nuestra vida,
y a veces lo hacemos.
Las cosas para hacer dentro de una semana
las hacemos en una semana,
no hay nada planeado, es así.
Nuestra vida es hoy,
el mañana no nos importa
y el pasado nos lo contamos.
¿Para que saltar la línea del tiempo?
La velocidad no existe para nosotros,
porque nos encanta frenar en el hoy
y disfrutar de tu sonrisa o llorar tus lágrimas
sin prometerte que mañana cambiará.
No podemos pensar en nuestro futuro
porque no existe, al igual que nuestro pasado.
Vivimos la vida hoy,
y perdemos segundos en explicártelo.
Mañana no estoy, no puedo sentirte,
mañana no te quiero, no te extraño, no te odio.
Por eso te prometo que hoy, mientras estoy,
te toco y puedo sentirte,
hoy te quiero, hoy te extraño y hoy te odio.
Mañana no sé, no existo mañana, tal vez,
solo soy una imagen distorsionada
en tu cabeza.

Otro robo a "Incoherencia", un par de intersecciones.

Lo que sigue a continuación es conocidos para aquellos que leyeron el libro o por quienes los recibian por mail y no se quejaban. Promesa creo que es una gran declaración de amor, escrita por primera vez hace ya varios años, es mi mejor regalo una y otra vez a las personas que quise, con lo cual intento ser inmortal en sus memorias, siempre de buena manera.

Intersección decimoquinta


Todavía tengo el recuerdo de lo que será tu ayer,
todavía lo guardo como algo tan preciado
pero sin precio que lo valore.
Y lo cuido para que no puedas renegar de tu pasado,
para que no derrames una sola lagrima al recordarlo,
y para que te llenes de alegría y esboces la mejor sonrisa
cuando me recuerdes en el.
En tu ayer.
Así lo resguardo, recubriendo lo que queda de mi mente.
No tendrás una sola noche de insomnio
por culpa de tu ayer,
ni de mí incluido en el.
No estarás un solo instante a la defensiva
por miedo a lo que te hice, dije o di por entendido.
No me odiaras nunca al recordarme,
sino que añoraras volver a estar en mis brazos
que te dieron calor
en mis miles de abrazos verdaderos, en sinceridad.
Querrás sentir mis labios otra vez,
esos que en horribles fríos,
apenas daban cálidos besos.
También desearas ver mis pupilas que,
al igual que las tuyas,
no se ocultan detrás del pestañeo
a la hora de quererte.
Escucharas mis palabras,
cada vez que hojees el libro de tu ayer.
Y podrás leer lo que siempre te dije, lo que tanto te quise.
Y estará todo en esas palabras
que te resultaron poco creíbles al principio,
pero firmes y reales después.
Para eso recuerdo y cuido tanto tu ayer
para que mañana, aunque no importe tal cosa,
sigas creyendo en lo que te di hoy.
En mi presente, donde esta tu ayer.

Continúa en Carta Número 5 Click acá

16 de marzo de 2006

Para empezar, charlas






Charlas


No se dan por un momento elegido sino que se eligen según el momento. Vemos a la persona a la que le hablamos, su relación con nosotros, ya que puede ser intima o ser un extraño. Si es la primera podemos abarcar muchos temas, a nadie que no se conozca le debemos aconsejar ni decirle lo que debe hacer.
Si nuestro amigo esta triste por una mujer, nosotros, los conversadores, nos disfrazamos de expertos idóneos en el tema y le decimos cosas como:

- Yo que vos, actúo ya
- Habla con ella de una vez.
- ¡Animáte!.
- A mi me paso lo mismo, y miráme ahora.

Y una vez que nuestro amigo haya hecho lo que nosotros, como buenos amigos desinteresados, le aconsejamos, esperamos. Si todo salió bien nos regodeamos en el próximo encuentro con el susodicho amigo.

- Viste, yo te dije. ¡Menos mal que me preguntaste a mi!

En cambio, si el asunto no se resolvió de manera favorable tratamos de minimizar las cosas y hasta buscar los errores que seguro tuvo, nuestro amigo, al utilizar los consejos que le dimos. O bien, nos dedicamos a criticar a la persona amada por nuestro amigo, y le hablamos a este con ternura para tratar de salvarle el poco estado de animo que le queda. Y le palmeamos la espalda y, si es necesario, lo abrazamos y le servimos de pañuelo nuestro hombro, si es que esta muy afligido.
En este momento, y sin dejar de palmearlo y abrazarlo, le decimos cosas como:

- Bueno no era para vos
- Ahora ya esta, pensá en otras cosas, total mujeres hay por todos lados y vos sos un ganador.

En esta segunda parte, en la que el consejo fracasa, es donde tiene mas valor la charla con un amigo. No es posible dejar en el aire el silencio incomodo que permita a nuestro amigo repensar la situación y entristecerse, para volver a llorar a moco tendido.
Pero las charlas con gente que conocemos no solo son tristes, también pueden ser jocosas, en estas hacemos bromas y las festejamos, mate, vino o cualquier otra bebida de por medio. Este tipo de charlas solo se puede dar en personas tan perfectas como nosotros y que podemos tomarnos la libertad de prejuzgar a los demás que nos rodean. Siempre hay alguien que no es digno porque tiene una cara rara, se viste mal, es tímido, sabe menos de lo que dice, o cualquier otra excusa que nos permita juzgarla.
Todo esto debe ser únicamente hablado con persona de nuestra máxima confianza. No podemos meter a extraños en nuestra charla, tal vez no concuerde con nosotros y veremos sucia la conversación con estupideces de la persona que no conocemos y tono de voz elevada en una discusión que no queremos. Nadie que no nos conoce puede decirnos como debemos hablar, y si por una de esas casualidades puede y nos avasalla, empezamos con un plan distinto y atroz como una táctica de guerra donde abunden los sarcasmos y los insultos. La tolerancia no existe para estos tipos y menos para nosotros, personas bien educadas. Cuando la discusión llegue al punto en que nadie sabe porque se discute y menos porque se insulta, podemos terminarla de dos formas distintas siempre según la condición de nuestro adversario. Si nuestro asqueroso interlocutor es más pequeño que nosotros y sabemos que la lucha no es su fuerte, nos abalanzamos hacia él tirando trompadas y gritando como locos hasta que alguien de los presentes sienta lástima y nos separe. Bramando de furia damos media vuelta y pegamos un portazo al retirarnos.
Ahora bien, si no tenemos posibilidad contra nuestro adversario, simplemente decidimos terminar la discusión y nos retiramos, del lugar, tranquila y serenamente, como personas bien educadas.
Demás esta decir que esto ultimo jamás se debe hacer con personas del sexo opuesto, siempre es mejor quedar al margen de los comentarios que se puedan hacer sobre nuestra educación y del valor de las mujeres en ella. Por eso al charlar con una dama, siempre hablaremos de temas cotidianos y asintiendo todas sus afirmaciones y teorías.
Si la mujer con la que conversamos nos atrae de una forma apasionada y hasta romántica, debemos hablarle de temas en donde demostremos nuestra sensatez y nuestra sensibilidad hacia las cosas maravillosas de la vida, sin olvidarnos de adularla cada vez que podamos. Este tipo de charlas puede no necesitar bebidas complementarias que contengan alcohol, porque podríamos perder, gracias al vino por ejemplo, todo tipo de reflejos amorosos diciendo alguna barbaridad que nunca es bien recibida. Por eso un buen mate o café servirá para largas horas de demostración afectiva, sin caer en la repetición ni en el hastío.
Con estas sencillas pautas ya estamos preparado para entrar en su corazón, lo demás va por parte de la suerte y de los amigos que tengamos. Alguno nos podrá aconsejar y hasta prestarnos un hombro para ensuciarlo.

Donde andás?