
Una figura parpadea en el fondo,
traidora en su llamado,
una sombra
luchando frente al olvido,
persiguiendo al presente
en la cabeza del escribidor,
que esgrime una sutil sonrisa
mientras la luz cuartea su rostro
y la oscuridad entrevé
lo que sus pensamientos logran por fin,
perenne sueño
y fatuo abandono del ayer.
Si bien todo es cuesta abajo
a partir de ese camino
no lo será gracias a su pesar,
no,
la imagen que él alumbra
es otoñal a simple vista,
y nocturna también,
él sabe que lo demás advertirán eso,
para sus adentros,
si,
las pinceladas retroceden
re evocando
lo que esta por venir,
lo desconocido
tal vez,
intrigante deslumbramiento
incandescente,
superficial
también,
pero tan exótico
es el llamado
como para empezar ese viaje,
desconocido,
al igual
que las palmas de sus manos.