
Se hace tarde,
la noche recién arranca,
volvé
me voy,
con rumbo definido
sin saber a donde llegar.
Entras
salgo,
el tiempo cambia
constante,
sólo zigzaguear en línea recta.
Hubicame en el centro,
bien cerca del fuego
Que pueda robar
Y enceguecer mi oscuridad.
Nada está dicho y sobran
las palabras
cansadas de repetir sin hablar.
Que querés de mi,
me sofocas en la distancia
y estas ausente cuando llegas.
El aire da nauseas,
sólo mejora sin respirar.
Adiós es bienvenida,
silente ausencia,
A todo grito y desmán.
Empieza a tener sentido
cuando se acaban las palabras.