El presente blog que viene abajo no tiene nada que no haya en otros blogs literarios, simplemente retomo eso que le dio de comer a tantos otros escritores fracasados, hablar de las mujeres que no consiguen o de las otras, las que se fueron. Como capitán, que huye, en franca retirada de las relaciones, me permito contar secretos de diván, escabrosos relatos de cama y de hoteles para que sucumban de pavor esas otras desconocidas que supieron ser garabato de mi muñeca, bueno, no son todas las que yo hubiera querido así que voy evitar nombrarlas para que no quede en evidencia mi falla. Pero no sólo de mujeres vivimos, así que también hay otros temas y otros formatos, tenemos cortometrajes, tenemos novelas, tenemos cuentos, bueno, cuentos no, chinos tampoco, pero hay intersecciones y cartas, fotografías re contra artísticas y otras en la que sólo aparece mi cara. Bueno, el resto del blog es mejor que el prólogo, no lo prometo pero créame.

5 de junio de 2013

sin aflicción no se cortan verduras

El primer recuerdo de vida
se remonta a una imagen visual,
asfixiar a su hermano recién nacido,
descuido de papá en el amateurismo de la tarea paternal,
o algo así,
descubierto,
huida por una escalera de madera rancia,
sobre una pared descolorida por los ladrillos
que daba a otro patio
en la que la furia cálida baldeaba toda su luz,
aquí la duda,
realidad o pura imaginación.

El primer recuerdo de la muerte
atrapa a los cinco años,
llanto desconsolado por la prematura revelación de la muerte,
moriría,
mamá dice que no,
que no es así,
papá huye e invita a cortar las papas rejillas
 que luego se iban a freír,
la hermana mayor se ofrece voluntariamente,
pero no!

sin aflicción no se cortan verduras.

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