Todo
lo cambió
por porotos
mágicos
y lechos
al amanecer.
Desaparece
todo,
el cuarto
arreglado,
el café
con azúcar,
cenas
en la cama,
abrazos
de frio,
piernas
heladas,
retrasos
a horarios,
corridas
a la terminal,
colores,
abstracto,
aura,
las pizzas,
los sábados,
zapatos
a la madrugada.
Todo
lo cambió
por porotos
mágicos
y lechos
al amanecer.
Las
noches olvidadas,
Antares,
peleas,
planes
de viajes,
fotógrafo
y modelo,
vino
tinto,
foco
y desenfoques.
Todo
lo cambió
por porotos
mágicos
y lechos
al amanecer.
Desaparece
todo,
la espuma,
las luces
y los oscuros,
el cepillo
de dientes,
el desayuno,
el
peine,
la sonrisa
cómplice,
las lágrimas,
el sexo
en la madrugada,
los celos
desmedidos,
el beso
con dejo
de pintalabios,
chirlo
indecente,
picotón.
Todo
lo cambió
por porotos
mágicos
y lechos
al amanecer.
Adiós
amor,
es un
hilo
dentro
de un laberinto,
el mundo,
para recorrer.
Los espejos
los verán envejecer mientras
desaparece
todo.
Los besos
de despedida,
el amor
concreto,
la duda,
el amor.
El destino
inexistente
juega
al azar,
desaparece
todo,
adiós
amor.
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