La realidad se hace presente
cuando vive del pasado,
imágenes pérdidas
que quedaron cautivas
cuando no supo despegarlas de su retina.
Pequeñas fotografías
con una fecha indicada, sin ganas de ser recordada,
olvidada, perdida y recuperada
en ese soplo memorial,
esa chispa que despierta en su mente,
la que nunca olvida,
se sintió abandonado,
en una soledad de esas que van en serio,
miró su reloj,
a quien recurrir tan tarde
si sólo quería a ella
que juega en su memoria,
a ella, que invade cada tanto, su cordura,
desmenuzándola
en aquella locura,
silenciosa,
que erizó su piel
en cada imagen
que se pierde
y se vuelve a repetir,
el pasado regresa,
siendo el águila
que devora su hígado,
recién regenerado,
devora,
una y otra vez…
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