
Vino a él,
cientos de kilómetros
sin saber porque
sin que nadie la llame,
voló en libertad,
creyó él
esperándola brazos abiertos,
era tal como la recordaba
en sus mejores años,
tan igual era
que al abrir su boca
lo que dejó escapar
sonrojó a Pandora.
La luz volvió a desaparecer,
el calor amainó,
de rodillas,
antes de morir su corazón,
él pudo exhalar
su maldición,
a los sueños de amor,
a París,
Helena
y a toda Troya.
cientos de kilómetros
sin saber porque
sin que nadie la llame,
voló en libertad,
creyó él
esperándola brazos abiertos,
era tal como la recordaba
en sus mejores años,
tan igual era
que al abrir su boca
lo que dejó escapar
sonrojó a Pandora.
La luz volvió a desaparecer,
el calor amainó,
de rodillas,
antes de morir su corazón,
él pudo exhalar
su maldición,
a los sueños de amor,
a París,
Helena
y a toda Troya.
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