El presente blog que viene abajo no tiene nada que no haya en otros blogs literarios, simplemente retomo eso que le dio de comer a tantos otros escritores fracasados, hablar de las mujeres que no consiguen o de las otras, las que se fueron. Como capitán, que huye, en franca retirada de las relaciones, me permito contar secretos de diván, escabrosos relatos de cama y de hoteles para que sucumban de pavor esas otras desconocidas que supieron ser garabato de mi muñeca, bueno, no son todas las que yo hubiera querido así que voy evitar nombrarlas para que no quede en evidencia mi falla. Pero no sólo de mujeres vivimos, así que también hay otros temas y otros formatos, tenemos cortometrajes, tenemos novelas, tenemos cuentos, bueno, cuentos no, chinos tampoco, pero hay intersecciones y cartas, fotografías re contra artísticas y otras en la que sólo aparece mi cara. Bueno, el resto del blog es mejor que el prólogo, no lo prometo pero créame.

7 de septiembre de 2006

Naturaleza Lisiada

"Incoherencia"
Intersección trigésimo segunda


Te veo siempre que puedo, siempre que recuerdo,
cuando la noche no aprieta y el calor enfría,
la necesidad de hablar para que rías.
Me pierdo en las noches que no recuerdo, no las entiendo,
y puedo contarte lo que dice la sinceridad,
tan llena de ingenua felicidad.
No pregunto cuando entiendo, seria absurdo,
tan solo dejo de pensar en lo que sustraigo,
y encamino un nuevo desarraigo.
No es absurdo lo que hago, yo lo soy,
sino que es mi forma de explicar,
que no me dejo de idealizar.
No soy yo el de las noches confusas, cuando miento,
es otra persona que me toma y me equivoca,
a la hora de guiar mi boca.
No miento cuando digo que me pierdo, a la hora de pensar,
porque trato de entender esta rara situación,
que me encierra en esta confusa pasión.
Sigo tratando de pensar en todo, en lo difícil,
pero no encuentro ni los extremos,
ni el centro de esto que hacemos.
Tal vez no es difícil saber, quizás imposible,
que no somos ni una cosa ni la otra,
además a nadie le importa.
Y es imposible llamarte amiga, porque no te confío tanto,
o titularte como conocida, te trato mas que eso.

Tal vez solo somos tiempos diferentes, en espacios similares
que se hacen de confusas incoherencias,
que no conquistan sus preferencias.

No somos nada
o, peor aún,
somos la muleta dañada
de la naturaleza lisiada.

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