El presente blog que viene abajo no tiene nada que no haya en otros blogs literarios, simplemente retomo eso que le dio de comer a tantos otros escritores fracasados, hablar de las mujeres que no consiguen o de las otras, las que se fueron. Como capitán, que huye, en franca retirada de las relaciones, me permito contar secretos de diván, escabrosos relatos de cama y de hoteles para que sucumban de pavor esas otras desconocidas que supieron ser garabato de mi muñeca, bueno, no son todas las que yo hubiera querido así que voy evitar nombrarlas para que no quede en evidencia mi falla. Pero no sólo de mujeres vivimos, así que también hay otros temas y otros formatos, tenemos cortometrajes, tenemos novelas, tenemos cuentos, bueno, cuentos no, chinos tampoco, pero hay intersecciones y cartas, fotografías re contra artísticas y otras en la que sólo aparece mi cara. Bueno, el resto del blog es mejor que el prólogo, no lo prometo pero créame.

15 de marzo de 2007

Capítulo 13

Después de tantos intentos por dormir fracasados se levantaron, fueron uno a uno al baño para luego acomodarse en alguna silla de la cocina esperando que alguien se digne y prepare mate. Discutieron y sacaron cuentas, hasta que se pusieron de acuerdo en que José debía cebarlos. Los cálculos se dieron por la división de yerba que había en el pote, en el que cabía exactamente un kilo, por cada día que llevaban en el lugar. Al obtener este resultado lo dividen por la cantidad de mate que se toma por día, este dígito es estimativo. A este número se lo cuenta de tres en tres, teniendo en cuenta que Rodrigo había cebado el primer mate el primer día y que jorgito no estaba en ese momento en la casa, que de haber estado hubiera cebado sin chistar. No es una forma sencilla de averiguar quien debe cebar mate, pero nos le quedaba otra teniendo en cuenta que su memoria es frágil por estos días, debido a sus largas resacas. Después de ejecutar estas absurdas formulas votaron unánimemente dos puntos. El primero es que no debían echar nunca más a jorgito de la casa y el segundo es que si por una de esas casualidades lo echaban dejarían un papel con el nombre del último que cebó pegado en la heladera.
Rodrigo se bañó primero, puso como excusa que tenía que salir rápido, después José que no puso ninguna tesis, simplemente entró corriendo y metió llave a la puerta, y último el sueco a quien le daba lo mismo bañarse primero, segundo, ultimo o no bañarse. Una vez cambiado, Rodrigo, salió en dirección a la casa de Esmeralda. No sabe si tiene muchas ganas de verla, pero si que tiene que cumplir con el protocolo y con Juan Pablo. Llegó a la casita azul y tocó la puerta de la casa, de ella salió Esmeralda.
- Hola bombón, ¿cómo estás?
- ¿Bien y vos?
- Bien, ¡extrañándote un montón!
- ¡Si, me imagino cuanto!
- ¿No me creés?, preguntále a los chicos.
- No, no te creo. Y no necesito preguntarle a nadie.
- ¡Uy, que humor que tenemos hoy!. ¿Qué te pasa conmigo?
- Nada, eso me pasa con vos.
- ¿Sí?, mirá vos que directa resultaste. ¿Y te diste cuenta sola de eso? – Preguntó con cierto aire a sarcasmo.
- Aja, no me ayudo nadie. ¿Por qué?. – Le preguntó con tonito tonto.
- No, por nada. Pero me parece que alguien te dijo algo. Es medio raro de un día para el otro.
- Pasaron varios días, no uno.
- Esta bien. Che, ¿sabes si Estrella está en la casa?
- Podrías esperar un tiempo antes de tirártele encima.
- ¿Quién te dijo que yo la quiero ver?
- Entonces, ¿para qué querés saber?
- Eso no te importa a vos.
- Igual me voy a enterar.
- Cómo quieras, ¿está o no está?
- Si, creo que sí.
- Bueno, gracias. Chau.
- ¿No me vas a decir nada mas?
- A ver, a ver, no. Nos vemos.
- Sabia que yo no te importaba nada.
- Ni nada ni mucho, pero ya hablaste y me parece bien lo que decís.
- Chau estúpido, ya podes salir a buscar otra. – Y dio un portazo desarmador.
- Chau bombón. – Le dijo burlándose con el tono.
Aunque salió con el orgullo sano por fuera, por dentro lo tenia quebrado en varias partes. Está contento porque el papel de desinteresado le salió perfecto, pero como todo actor no interpretó lo que sentía. Mal día para los afectos, pensó.
Caminaba para su casa, pero se acordó que tenia que llevarle la noticia obvia a Juan Pablo. Pasó por el frente de la casa y vió luz adentro, se acercó y golpeó la puerta.
Giró el picaporte y entró. No sabe porque pero en ese momento se sintió extraño y vacío, como si hubiera perdido parte del corazón. En ese momento se dio cuenta que está solo, y casi nunca está solo. Por eso la soledad es una sensación rara para él, y no esta acostumbrado.

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