El presente blog que viene abajo no tiene nada que no haya en otros blogs literarios, simplemente retomo eso que le dio de comer a tantos otros escritores fracasados, hablar de las mujeres que no consiguen o de las otras, las que se fueron. Como capitán, que huye, en franca retirada de las relaciones, me permito contar secretos de diván, escabrosos relatos de cama y de hoteles para que sucumban de pavor esas otras desconocidas que supieron ser garabato de mi muñeca, bueno, no son todas las que yo hubiera querido así que voy evitar nombrarlas para que no quede en evidencia mi falla. Pero no sólo de mujeres vivimos, así que también hay otros temas y otros formatos, tenemos cortometrajes, tenemos novelas, tenemos cuentos, bueno, cuentos no, chinos tampoco, pero hay intersecciones y cartas, fotografías re contra artísticas y otras en la que sólo aparece mi cara. Bueno, el resto del blog es mejor que el prólogo, no lo prometo pero créame.

26 de febrero de 2007

Capítulo 3





- ¿Y, no sabes dónde es sueco?. Hace media hora que estamos dando vueltas y ya esta oscureciendo.
- No me acuerdo Juan, anoche los traje y era por acá. San Martín doscientos y algo, ¿qué calle es esta?
- Esta es Mitre animal – dijo jorgito. San Martín es por ahí – señalando a la izquierda.
- No, esa es Sarmiento, segurísimo como que me llamo José. Seguí dos cuadras mas y dobla en Belgrano, creo que esa choca con San Martín.
- Menos mal que es chiquito el pueblo, éste sueco se pierde hasta en la casa. – Se burló jorgito.
Encontraron la calle y rato después ya estaban frente a la casa que buscaban. Era chiquita como casi todas las casas del pueblo, de paredes ventanas y puertas de color verde. Obviamente no habían puesto mucho interés en los colores para pintarla, tan solo en uno, eso o bien aún tenían esperanzas.
Tuvieron que hacer algunos planteos y sorteos para ver quien era el que iría a golpear la puerta, ya que nadie se ofrecía como voluntario. El sueco puso como excusa que no quería dejar el auto, Juan Pablo que no conocía a nadie, José no se animaba y jorgito simplemente no se animaba aunque tampoco lo hubieran dejado, no hubiera sido una buena idea mandarlo a él cómo carta de presentación. Cortaron una ramita en cuatro pedazos siendo una más grande que los otros tres restantes y decidieron que el que sacara el más largo iría. La desgracia quiso que fuera Juan Pablo el afortunado, pero con la condición de que lo acompañara alguien que él eligiera. Así fue y lo eligió a José.
Bajaron del auto, cruzaron la vereda y llegaron a la puerta, Juan Pablo golpeó tímidamente la puerta pero nadie la abría por mas que esperaron unos segundos.
- Vamos, no hay nadie – Dijo Juan Pablo dando vuelta para ya volver al auto.
- Pará, golpeá de nuevo. Quizás no nos escucharon porque golpeaste despacito.
- No, no hay nadie. Vamos.
- No, vení para acá Juan, no te vayas. – Le dijo José agarrándolo con una mano y golpeando la puerta con la otra. – Quedáte ya golpeé.
Esta vez la puerta se abrió acompañada por una luz que iluminaba el lugar donde se encontraban ellos. Por la puerta se asomó una figura que al principio no alcanzaron a distinguir hasta hacerse nítida a los ojos recién a los pocos segundos, Juan Pablo diría mas tarde que parecía como que en ese instante el tiempo se congeló para él mientras la figura se acercaba y se dejaba ver. Era la imagen más hermosa jamás vista por él, de piel morena, cabellos castaño oscuro ni muy largo ni muy corto pero con miles de ondulaciones, sus ojos eran los más verdes y claros que no se hubieran encontrado en ningún paisaje del mundo, sus labios refinados, su boca y las perlas que había en ella terminaron por maravillarlo definitivamente y para siempre.
- Hola, ¿a quien buscan?
Como veía que nadie respondía, con un poco de sorpresa, volvió a preguntarles. Pero Juan Pablo seguía sin reaccionar y lo volvió a realidad un codazo, que le dio José, en el estómago. Intentó devolverle el golpe pero algo lo detuvo, no supo que.
- Me van a decir que quieren de una vez. – Les dijo con fastidio la imagen maravillosa.
- Si, disculpa. Estamos buscando a Rodrigo, ¿lo viste?
- ¿Y porque lo buscan acá?
- Bueno, es que mis amigos dicen que no volvió anoche y que vino para acá. Pensamos que estaría con vos.
- ¿Conmigo?
- No, con ella no Juan. Con una amiga – Le susurró José.
- Con vos no, con una amiga tuya. – Dijo Juan Pablo, aliviado de que ella no era la “chica” de Rodrigo. – ¿Esta acá? – Preguntó después.
- No y no tendría por que estar, Esmeralda vive en la casa de al lado. Esa, la azul.
- Nosotros pensamos que alquilaban juntas.
- Pensaron mal
- Ok, vamos para allá. Gracias y disculpa la molestia.
- De nada
- Solo una cosa mas, ¿cómo te llamas?. Si no te molesta decírmelo. Yo me llamo Juan Pablo - Dijo mientras de un empujón invitaba a José a irse hacia el auto.
- ¿Te gusta el cielo? – Preguntó sorprendiendo a Juan Pablo.
- ¿Eh?
- ¿Si te gusta el cielo?
- ¿Qué tiene que ver el cielo?
- Respondéme de una buena vez si te gusta o no el cielo.
- Este, si me gusta. ¿Por qué?
- ¿Y te gusta el cielo de noche? – Preguntó, esta vez de forma más simpática.
- Sí, también. – Respondió Juan Pablo todavía sin entender.
- ¿Qué ves en él?
- No entiendo, ¿a donde querés llegar con todo esto?
- De día ves el sol, de noche ¿qué es lo que ves?. Es casi lo mismo pero multiplicado por el infinito.
- ¿La luna?.
- Tenés muchos problemas con las preguntas. – Sonrió – Bueno, tengo cosas que hacer. Ciao
- ¿Y tu nombre?
- Si no hubieras hecho tantas preguntas lo hubieras adivinado.
- No entiendo
- Me di cuenta, no pareces ser muy inteligente. Nos vemos otro día, ciao. – Puso cara de fastidio, cerró la puerta y desapareció.
Intento responder al insulto con algún otro insulto o alguna palabrota pero hubo algo que lo detuvo, todavía no sabe bien que es pero supo que en algunas partes del mundo lo llaman amor.
Encontraron a Rodrigo en la casa que les habían dicho y charlaron un rato mientras tomaban unas cervezas, mientras Juan Pablo estaba ausente jugando en el mar verde de unas pupilas y en los rizos de algodón que se ondulaban como trampolín a la esperanza. Su primer día había sido el mejor, mucho mas de lo que esperaba, había sido encantado y estaba feliz por eso.


Continua "Carta Nº 1" Click Acá

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