El presente blog que viene abajo no tiene nada que no haya en otros blogs literarios, simplemente retomo eso que le dio de comer a tantos otros escritores fracasados, hablar de las mujeres que no consiguen o de las otras, las que se fueron. Como capitán, que huye, en franca retirada de las relaciones, me permito contar secretos de diván, escabrosos relatos de cama y de hoteles para que sucumban de pavor esas otras desconocidas que supieron ser garabato de mi muñeca, bueno, no son todas las que yo hubiera querido así que voy evitar nombrarlas para que no quede en evidencia mi falla. Pero no sólo de mujeres vivimos, así que también hay otros temas y otros formatos, tenemos cortometrajes, tenemos novelas, tenemos cuentos, bueno, cuentos no, chinos tampoco, pero hay intersecciones y cartas, fotografías re contra artísticas y otras en la que sólo aparece mi cara. Bueno, el resto del blog es mejor que el prólogo, no lo prometo pero créame.

20 de abril de 2007

Carta número 10

9 de Octubre
No sé que pasó la otra noche, la del miércoles cinco, por eso te escribo esta carta, además hace mucho que no nos escribimos. En realidad hace mucho que nada es lo que era, nos olvidamos de todas estas cosas que nos unieron al principio. Ya no me llamás a cada instante en que crees necesitar mi voz y tampoco te aparecés cada vez que necesitás de mis ansias de saciarte por completo. Vivimos a otro ritmo, uno en el cual yo estoy detrás tuyo todo el día y vos parece que ni te inmutas, que no te importo. Lo mío es acelerado, todo el día ir y venir para ver si me queda un resto de segundo en el que pueda chocar con vos, abrazarte, besarte y tomarte en ese insignificante transcurrir de tiempo en el que estás de mal humor porque fui a verte, porque el trabajo se complica y después al otro día todo va a ser un problema. No entiendo que generás con ese ir y venir hacía ningún lado, por lo menos no venís hacia mi que te necesito cada vez que estoy solo. No entiendo porque actuás como si ya no te importo, como si ya no creés en mi, como si ya es otra historia la mía, la que siempre anda a la deriva. Estoy sufriendo. A veces pienso en que voy a hacer sin vos, o mejor dicho en lo que podría hacer si te pierdo. Una locura seguramente, no me animo a imaginar lo que haría si te pierdo, porque soy capaz de cualquier locura. Imaginá lo peor.
Volviendo al otro día, cuando te oí llegar me di cuenta que algo andaba mal. El golpe de la puerta cuando entraste me dijo “sonaste, te va a decir chau”, se me estremeció todo el cuerpo pensando que traerías una cara de amargura, que me dirías algo malo. No fue así, totalmente, pero traías una sonrisa maliciosa que me asustó mucho más. A tu abrazo lo sentí mentiroso e hipócrita, por eso me enojé, no era firme y tu mano no acariciaba mi espalda, ni que decir, tus labios no mojaban mis mejillas, ni que hablar, mucho menos mis labios. Te pregunté que pasaba, si estaba todo bien y no me contestaste. Solo me comentaste algunas cosas de tu trabajo, dándome a entender que todo estaba bien, pero sin ser cien por cien sincera conmigo, es más, creo que ni un cincuenta por ciento de vos ha sido sincero conmigo últimamente. Algo anda mal, lo sé. Me doy cuenta por tu titubeo al hablarme en los últimos días, por el tiempo que te tomabas para venir a verme, para llamarme y más aún para decirme que todavía me querés.
¿Recordás todavía la pregunta que te hice? ¿Recordás? Bien, ahora espero que sepas decirme tu respuesta ya que el otro día no supiste decirme nada, solo reíste como si yo fuera una broma. Te juro que quise matarte, lo podría haber hecho, pero estaba sorprendido con tu risa divertida. No creo que haya sido una risa de puro nervios nomás, hasta las lagrimas se te caían, te divertía muchísimo mi situación, ¿verdad que si?
¿Sabés lo que sentí en ese momento, sabes lo que sufrí? No, no lo creo. Igual todavía no te odio, solo quiero saber que es lo que pasa con vos, Estrella, porque yo te quiero y quiero que estés conmigo mucho tiempo, para siempre.
Quiero que sepas que, pase lo que pase te voy a curar y pase lo que pase vas a ser mía para siempre. Porque ya llevamos mucho tiempo invertido en esto y yo puedo soportarlo hoy, y decir que ya se te va a pasar y que solo soy yo el del problema, que es mi culpa. Lo que no se es lo que dirán mis sucesores, mis yo futuros. Yo no los voy a traicionar, pero ellos quizás se traicionen y se estafen unos con otros, incluyéndote a vos, y los mas cierto es que todo será tu culpa. Por habernos tratado así, por haberte burlado así.
Todavía estás a tiempo, todavía te queda tiempo para ser sincera conmigo, ahora que todavía domino a los otros, y decirme que me querés como la primera vez que nos amamos.
Todavía estas a tiempo de regresar, todavía te quiero.
ISMAEL

Continúa en Intersección Vegésimo Séptima (Click acá)

No hay comentarios.:

Donde andás?