Cosas de adolescentes, solo un recuerdo que no recuerda siquiera el nombre de la princesita co textual de turno, en fin, esos ojitos pedian subir.
Intersección vigésimo cuarta
Amigos míos, a ella le gusta danzar
lo que sus oídos escuchan,
a la hora de soñar.
Esa en la que no quedan ganas,
de volver a luchar.
Ella habla y cuenta cosas que no tienen sentido,
al menos para mí,
pero igual la percibo
porque es una niña en busca del amor,
cada vez que la escucho.
Amigos, es única en todo momento, siempre,
ella ríe y ríe.
Siempre es feliz
cuando yo estoy ahí.
Imposible no tomarla para abrazarla y besarla
pero hice una promesa,
y creo que la cumplí.
Es difícil, amigos, no tentarse
cuando se hace la seria
para que yo corra.
Pero no corro y, ella, evita acercarse
porque sabe que algo anda mal.
Piensa que no la quiero, pobrecita,
nunca tan equivocada.
Amigos míos, no se rían
que no me atemoriza lo que me lleva y me trae.
No es que me ablandé.
No le temo al amor ni a la seriedad,
mucho menos a ella,
mucho más a mí.
Amigos míos, no la quiero llena de mi maldad.
Amigos míos, a ella le gusta danzar
lo que sus oídos escuchan,
a la hora de soñar.
Esa en la que no quedan ganas,
de volver a luchar.
Ella habla y cuenta cosas que no tienen sentido,
al menos para mí,
pero igual la percibo
porque es una niña en busca del amor,
cada vez que la escucho.
Amigos, es única en todo momento, siempre,
ella ríe y ríe.
Siempre es feliz
cuando yo estoy ahí.
Imposible no tomarla para abrazarla y besarla
pero hice una promesa,
y creo que la cumplí.
Es difícil, amigos, no tentarse
cuando se hace la seria
para que yo corra.
Pero no corro y, ella, evita acercarse
porque sabe que algo anda mal.
Piensa que no la quiero, pobrecita,
nunca tan equivocada.
Amigos míos, no se rían
que no me atemoriza lo que me lleva y me trae.
No es que me ablandé.
No le temo al amor ni a la seriedad,
mucho menos a ella,
mucho más a mí.
Amigos míos, no la quiero llena de mi maldad.
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