Intersección vigésimo segunda
Hagamos una apuesta
que pueda ganar aunque pierda,
como siempre
que se arriesga
y se pone en juego
lo que nunca es para jugar.
Apostemos todo y ganemos, nada,
tan solo el placer de ver que pasa
o que hubiera pasado
si nunca me hubiera equivocado,
a la hora de elegir sin sentimiento
y con una simple emoción.
Tiremos todas las fichas,
en el tablero,
y ahorremos tiempo a la suerte
para que decida la dicha,
en esto que apostamos
y que nunca ganamos.
Yo apuesto olvidar,
vos regresar,
tal vez conmigo.
Si pierdo sé que puedo ganar
lo que ya perdí.
Si gano voy a perder,
pero nunca lo voy a saber
porque será mío
el olvido,
de tus besos y abrazos, pasados,
de tus miradas y caricias, infinitas.
Vale la pena apostar,
perdido por perdido.
Hagamos una apuesta
que pueda ganar aunque pierda,
como siempre
que se arriesga
y se pone en juego
lo que nunca es para jugar.
Apostemos todo y ganemos, nada,
tan solo el placer de ver que pasa
o que hubiera pasado
si nunca me hubiera equivocado,
a la hora de elegir sin sentimiento
y con una simple emoción.
Tiremos todas las fichas,
en el tablero,
y ahorremos tiempo a la suerte
para que decida la dicha,
en esto que apostamos
y que nunca ganamos.
Yo apuesto olvidar,
vos regresar,
tal vez conmigo.
Si pierdo sé que puedo ganar
lo que ya perdí.
Si gano voy a perder,
pero nunca lo voy a saber
porque será mío
el olvido,
de tus besos y abrazos, pasados,
de tus miradas y caricias, infinitas.
Vale la pena apostar,
perdido por perdido.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario