La mañana llegó y pasó desapercibida para muchos, el mediodía fue otro almuerzo para algunos y la tarde un desconcierto para los que recién amanecen, con un reloj descompuesto por dentro, y que abren los ojos quebrados de la estupidez.
- Ya era hora de que despiertes.
- ¿Qué pasa? ¿dónde estoy? – Pregunta asustado mientras trata de recorrer el lugar con sus ojos oscuros.
- Esta vez en mi casa – Le contesta algo o alguien que anda por ahí, delante de él.
- ¿¡Débora!? – Exclama en un asombro doloroso que reconoce la voz de la repetición nocturna.
- Aja, supuse que no te ibas a acordar de nada, igual que ayer. – Abre las cortinas de las ventanas de la habitación dejando entrar el sol que, aunque tenue por las nubes, irrita a los ojos de Juan Pablo.
- ¡Ah!, ¿qué hacés?, ¡cerrá eso por favor!. – Exclama tapando sus ojos pero observando igual el lugar. Un ropero marrón enfrente, una puerta a la derecha y una mesita junto a la cama grande.
- No señor, acá en mi casa a las tres de la tarde se abren las ventanas para ventilar la casa.
- Para asarla querrás decir. Me querés decir que carajo hago yo en tu casa, porque si no recuerdo mal, yo no vivo acá.
- Ya se que no vivís acá, pero te traje y agradecé que no estén mis viejos. – Dice mientras se coloca al pie de la cama.
- ¿Por qué me trajiste, o mejor dicho, por qué vine yo a parar acá? – Pregunta en un bostezo, Juan Pablo.
- Es fácil, porque estabas tirado afuera del boliche. – Reprocha al mismo tiempo que abre el ropero para guardar alguna ropa.
- Yo recuerdo otra cosa, bueno recuerdo poco, pero yo me volví caminando. – Dice y busca su ropa al costado de la cama.
- Nada que ver. Estabas tirado boca abajo, durmiendo y todo sucio. Dicho sea de paso te lave la ropa, así que no busques más. – Débora se da vuelta, se queda mirando y vuelve a voltear para seguir haciendo sus cosas en el ropero.
- ¿Y el viejo, que se hizo del viejo que estaba charlando conmigo? – Pregunta para demostrar que recuerda algo.
- ¿Qué viejo?, no había nadie. – Dice y sale de la habitación para ir a otra que Juan Pablo desconoce.
- El cartero, ahora me acuerdo, estuve hablando con él.
- Pero si acá no hay ningún cartero. – Grita ahora, al parecer desde afuera, tal vez desde el patio. – Las cartas hay que ir a buscarlas al pueblo de al lado. – Dice asomando su cara por la ventana de la habitación. – Tomá, ya está seca. – Y arroja la ropa sobre el desconcertado individuo postrado en una cama.
- ¡Estoy desnudo!, ¿me desnudaste vos?.
- No, eso lo hiciste vos en un momento en el que te pusiste cariñoso conmigo. No lograste mucho y me defraudaste un poquito pero, quedáte tranquilo, es comprensible que te quedaras dormido con esa borrachera, no se va a enterar nadie. – Dice y se ríe con maldad, luego desaparece de la ventana..
- Ahora te reís, bien que ayer se te caían las lagrimas por mi, idiota. – Dice mientras revisa su ropa.
- Lo que pasa que ayer tuve un día complicado, estaba medio sensible, cosas de mujeres. – Dice incorporándose a la habitación.
- ¿Qué mas tenés para decirme de anoche?. Pregunta sin animarse a vestirse delante de Débora.
- Nada, no te vi anoche, solo que cuando te traía una chica me empezó, bah, nos empezó a gritar. Después dejó de gritarnos y te gritaba solo a vos. ¿Querés que me dé la vuelta?, lo que faltaba, si ya te conozco desnudo, está bien. – Habla y se da vuelta.
- ¿Quién era?. Que raro, ¿no?.
- Y ahora, ¿qué hacemos nosotros?, ¿aprovechamos mientras estas a medio vestir para revolcarnos un poco?. – Pregunta y se zambulle de lleno en la cama.
- Por suerte no, tengo que ver que pasó anoche. – Salta de la cama desprendiéndose de los brazos de Débora y sale.Chau estúpido, pero acordáte que siempre volvés. – Se queda sentada en la cama y esta vez no se acongoja al no escuchar un “gracias”, menos aun al escuchar la puerta golpearse. Tiene mucha esperanza de que va a volver, y eso la hace sonreír.
5 comentarios:
Por orden, en secciones y diversidad lo seguiré leyendo.
ATTE.
Kurtosis
Saludos Carlos una abrazo
Atte.
Kurtosis.
hola carlos te estoy visitando un beso
Hermosos cuentos, los seguiré leyendo.
Saludos
Hola poco caballeroso, y saluda, te sigo la pista, un abrazo de amistad, cuídate chau...uuu
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