El presente blog que viene abajo no tiene nada que no haya en otros blogs literarios, simplemente retomo eso que le dio de comer a tantos otros escritores fracasados, hablar de las mujeres que no consiguen o de las otras, las que se fueron. Como capitán, que huye, en franca retirada de las relaciones, me permito contar secretos de diván, escabrosos relatos de cama y de hoteles para que sucumban de pavor esas otras desconocidas que supieron ser garabato de mi muñeca, bueno, no son todas las que yo hubiera querido así que voy evitar nombrarlas para que no quede en evidencia mi falla. Pero no sólo de mujeres vivimos, así que también hay otros temas y otros formatos, tenemos cortometrajes, tenemos novelas, tenemos cuentos, bueno, cuentos no, chinos tampoco, pero hay intersecciones y cartas, fotografías re contra artísticas y otras en la que sólo aparece mi cara. Bueno, el resto del blog es mejor que el prólogo, no lo prometo pero créame.

20 de abril de 2007

Capitulo 23

Esta es la historia que se recuerda siempre, la que siempre imagina Juan Pablo sentado en su silla, escuchando y mirando un verano desde otro verano, otra primavera, otro otoño y otro invierno. El recuerdo de las noches no tan solitarias, porque a veces no se esta tan solo cuando falta ese alguien especial, en las ocasiones mas difíciles o en las más estúpidas, en las del amor. Un muerto conocido, un quiebre económico, un mundial perdido, una catástrofe del otro lado del mundo (primero o tercero), un desamor o “Un día en la vida de Oblómov” película rusa tan triste con el grito de mamaíta mamaíta al final. Nada parece ser tan triste e importar con tanta gente junta en tantas otras botellas, uno o dos conocidos son suficientes para ganar la batalla al pelotón de cerveza, no tan oscuras pero efectivas. A veces se pierde con tan poco, apenas un par para el amateur, a veces se pelea por más y se pone resistencia. Nadie sabe bien quien destroza a quien, de todos modos las neuronas siempre sobran para comprender que todo lo demás es un chiste de mal gusto. La desinhibición es una buena medida en estos casos, para comprender que noches son las divertidas y cuales las catastróficas, aunque estas siempre son la minoría. Los borrachos siempre se divierten en sana locura con juegos no tan divertidos para los sobrios que siempre cortan el humor. Aunque a veces nunca falte algún pesado melancólico con ganas de hacer llorar a los más alegres, en decaída depresión, que tratan de ayudarlo y de convencerlo de que no vale la pena la lagrima estúpida. Siempre fracasa la charla con el borracho tristón que siempre se vuelve con su soledad, buscada en su borrachera, y pidiendo perdón hasta el cansancio por todo lo que hace al decir que todos son sus amigos y que él los quiere a todos. El divertido la pasa bien aunque no encuentre nada, aunque siga solo, y vuelve a su casa de festejo con sus amigos.
Puros recuerdos de una noche de verano que encierra muchas otras de cualquier otra estación.
- Che sueco, llegamos justo ¿no?
- A mi me parece que si. – Dijo apoyando un brazo sobre la heladera.
- Y ¿qué esperas entonces, idiota?
- Nada ¿por qué, tengo que hacer algo?
- Si suequito, tres cosas. Primero: dejá de apoyarte en la heladera, segundo: abríla y tercero: sacá una cerveza o cualquier otra cosa que haya.
- Ah, bueno. Pero no me empujes José, mirá que yo me enojo fácil y acá se arma la cagada si yo me enojo.
- ¿Sí?. No nos hagás temblar. – Y miró a los demás interlocutores de la habitación.
- Pasen, pasen y revisen mi heladera y tomen unas cervezas si quieren. No hay problema, entren sin saludar así como si nada, que nosotros no existimos. – Les dijo Juan Pablo.
- No jodas Juan, además te queda una sola cerveza.
- ¿Cómo?. No puede ser. – Dijo jorgito mientras corría hacia la heladera para comprobar. – Es verdad, la puta madre, ¿qué hacemos?
- Fácil, vaya alguno hasta casa que hay mas botellas. Traigan las que estén llenas y con las vacías compren más.
- Andá jorgito – Le ordenó José.
- No, a mi no me jodan, que vaya el sueco en el auto.
- ¿Siempre yo?. Total ustedes deben creer que a mi me regalan la nafta, o que yo estoy forrado en guita. Eso creen ustedes.
- Dale sueco, vamos, yo te acompaño. – Le dijo José y el sueco como siempre aceptó.
- Che, sueco ¿se te rompieron los pantalones o te los comió algún bicho de por acá?
- Cada vez estas más gracioso Rodrigo. ¿Quién te escribe los libretos a vos?. Seguro que es este idiota triste que no sirve ni para hacer un chiste. – Dijo mientras señalaba a Juan Pablo, que no se inmutó y se quedó pensando mientras vaciaba el vaso en su mano derecha. – Así que me ignoras, esta bien total estas en ganador porque anoche te agarraste una mina, ¡y que mina!. La más fácil de todas, la que se agarró todo el mundo y ...
- Bueno, cortála y andá a buscar las cosas – Dijo Rodrigo tratando de no poner mal a jorgito que ya revoloteaba sus ojos en busca de una salida. – Y no tarden.Salieron los dos y los tres restantes quedaron callados sin decir nada, tan solo tomaban lo que quedaba pensando en lo que vendría pronto.

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1 comentario:

Sandra Ríos dijo...

Hola. Te saludo desde Colombia. Gracias por visitar mi blog. Así sea una casualidad. Me agrada tu blog. Buena imágen, sencillo y agradable. La compañía del post es bien "Chévere" como decimos en Colombia. Me tomará tiempo pero iré leyendo los capítulos para comentarlos. =)

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